jueves, 7 de abril de 2016

Todo es segùn el color del cristal con el cual mires

Según el color del cristal con que lo mires”.

Pienso que la frase de Campoamor es manifestación fiel del Relativismo, la doctrina filosófica que viene desde la Grecia Clásica y que mantiene que existen tantas verdades como personas hay en el mundo, ya que la verdad depende de los factores físicos, psicológicos o culturales que inciden en los juicios que cada persona hace de la realidad.

A partir de esta filosofía, un mismo objeto puede ser hermoso o no serlo, en función de quien lo observa; una persona puede ser, matando al mismo hombre, un héroe o un asesino y una sociedad puede ser siendo la misma, pobre o muy rica.

Probablemente, en la cultura occidental el Relativismo está metido hasta lo más profundo de nuestra herencia genética y  hemos llegado a creer que podemos decidir, legítimamente, por mayoría, si algo es bueno o malo, si es hermoso o es feo, si alguien es rico o no lo es y, hasta estamos capacitados para decidir si existe o no existe Dios.

En la televisiòn una desconocida cuenta su relación con un famoso y mediático estafador y cuando se le pregunta si no le avergüenza contar esas intimidades responde: ”yo lo único que quiero es que se me reconozca, si esto me da cámara….”. Y se supone que no debemos conceptuar este tipo de opiniones porque es su libre elección de vida, quien soy yo para juzgar?
En las ocasiones en las cuales alguien quiere hacer referencia a una persona impoluta se cita como ejemplo a la madre Teresa de Calcuta, se la usa como una figura necesaria, pero ella fue una persona de carne y hueso que entregó su vida en pos de lo que creía, los que la nombran,  instan  a seguir su ejemplo? 
Entienden y trasmiten que si una sola persona puede hacer la diferencia, una sociedad, un grupo puede transformar el mundo? Alguien habla de la necesidad de ideales en lo cotidiano? Porque declamar en charlas de café, no implica poner en práctica.
Ahora, el Papa Francisco está en boca de todos: “un ejemplo de tolerancia y perdón”, “siempre estuvo entre los pobres”, “una vida de rectitud”, “un ejemplo de elección de camino”. Que implica seguir su ejemplo? 
Y no estoy hablando de la parte religiosa, sino de la integridad, la honestidad, el compromiso con un ideal.
Los discursos se mezclan, y los grises predominan y mandan.
Sugiero permitirnos una conciencia reflexiva que me deje la puerta abierta a reflexionar sobre la posibilidad de que puedo estar  transformándome en un objeto de otra conciencia que funciona y existe,  como un otro que me interpela desde un supuesto relativismo.
Por eso sostengo que el color puede cambiar por el cristal que se interponga, pero el objeto definitivamente sigue siendo el mismo, y me pregunto si las interpretaciones que hacemos de èl no son influenciadas por el miedo a ser juzgados de inflexibles, de intolerantes.
Y entonces me pregunto si no tengo derecho de decir a quien me juzga: “todo es según el color del cristal con el cual se mira”.

https://www.facebook.com/Siloejuegosdidacticos3244/

Estamos orgullosos del trabajo que realizan los chicos!! recién comenzamos, pero con ganas!!

martes, 6 de octubre de 2015

SUMAR DE A POQUITO

Hace años que trabajo en discapacidad, hace 38 años exactamente, (cuando nació mi hijo) empecé como mamá en el aprendizaje diario de sentir y vivir cada día la discapacidad. Seguí como luchadora social armando una asociación de padres en defensa de los derechos de las personas con discapacidad . 
Actualmente estoy al frente de una institución que trabaja con jóvenes y adultos con discapacidad mental.
Desde la institución en la cual trabajo  actualmente, hemos analizado y masticado durante todo el año la Convención de los Derechos para las personas con Discapacidad.
Todas son intenciones, todas son ganas, pero que poco nos sentimos haciendo . Sin embargo hemos entendido que poco a poco, paso a paso podemos lograr, en las familias, en cada uno de los jóvenes y adultos pequeños cambios, algunos logros puntuales.
 Difícil, pero no imposible.
Como dice Galeano: “ Son cosas chiquitas, No acaban con la pobreza, no nos sacan del subdesarrollo, no socializan los medios de producción y de cambio, no expropian las cuevas de Alì Babà. Pero quizás desencadenan la alegría de hacer, y la traduzcan en actos.
Y al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable.”
Te sumo?

Puedes escribir aquí tu comentario

martes, 24 de junio de 2014

Y aquì vamos!!!!


Ya estoy bien!! Que agradecida estoy!, cuando la Dra. me dijo que mi médula ya estaba sana, fue fuerte, …. que alegría!.

Ya terminé con las internaciones, dejamos atrás lo mas invasivo y empezamos con el tratamiento ambulatorio, y controles cada tres meses.

Y se aprende.., de todo se aprende, y uno se alegra de vivir y te das cuenta lo bueno de estar sano, como cuando los viejos te decían : “con tal de tener salud…”. Y es verdad, la salud te posibilita estar libre para actuar, para decidir, para viajar, para cambiar, etc. etc.

Bueno, entonces, no tropecemos dos veces en la misma piedra, ahora que la cosa va volviendo a la normalidad, aprovechemos para disfrutar y apreciar muuuucho mas la vida.
Porque no se necesita tener  momentos difíciles para entender lo bueno de paladear la felicidad, mucha gente utiliza los momentos difíciles para victimarse, culpar o culparse, atacar, manipular ,  (cada cual sale como puede), pero cuando uno sabe que aprendiendo se crece, se empieza a vivir de la fuente de la sabiduría y uno quiere dejar atrás las cargas y comenzar a abrir paquetes de nuevas experiencias.

Así que,  volvemos a trabajar, a escuchar, observar , luchar e intervenir  un poquito en este diverso y maravilloso mundo que nos tocó vivir .

Foto: Que bonito!!!

lunes, 21 de abril de 2014

Pasó un tiempo

Un tiempo largo desde la última vez que escribí, por que llegó, para partir mi vida, la leucemia, me atravesó, me dejó sin aliento, me obligó a repensar mis tiempos, a repensar la vida.
Cosa extraña, no me invadió el miedo, me sentí preparada, pero no calculé el costo....
Si la cosa hubiese sido rápida, ya estaría como anécdota en mi pasado, lo que me exaspera es lo laaargo del tratamiento y sentirme mal casi todo el tiempo y la quimio que todavía no se acaba y el saber que me falta bastante...
Y aunque la cosa va bien, el "daño colateral"  hay que pasarlo,  odio ponerme el pañuelo en la cabeza para salir, y pensar si donde voy, hay baños cerca por si me descompongo.
Y observo las caras cuando ven el pañuelo,  las hay de:"entiendo", las hay de "no me hables del tema", las hay de "no entiendo ni quiero entender".
Porque a todos nos da miedo enfrentarnos con nuestra propia finitud, con el saber que no tenemos control de la vida, con lo que nos puede pasar.
Y en medio de todo, doy gracias a Dios por mi familia, que se pusieron a mi lado bien pegaditos, dándome amor, por mis amigas, por las incondicionales y por las que hicieron lo posible aún luchando con sus miedos.
Y doy gracias a Dios por el lugar donde trabajo y mis compañeros, por su solidaridad y su acompañamiento.
Y seguiremos adelante, porque vale la pena y porque hay que seguir para resurgir.
Y de paso aprender otra mirada, la de la aceptación, la de la paciencia, la del saber y aprender.
Hasta la próxima mirada....

viernes, 13 de septiembre de 2013

“Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís?“ Marcos 8:18 – La Biblia. 

Creo que en realidad hay temas sobre los que no queremos ver u oir.
 La convención internacional de los Derechos para las personas con discapacidad refrendada con carácter de Ley por nuestro país me emociona, pienso en todas la posibilidades que le abre a las personas con discapacidad. 

Pero también pienso que poder ejercer un derecho, indefectiblemente implica a un otro que me ayude respetándolo. 

En en primer lugar porque toda elección de derecho debe contar con el otro; cuando elijo un valor, este valor se presenta con carácter universal, no puedo decir que valga solo para mí, aspira a la universalidad.

 Sartre en su obra “El ser y la nada”, llega a conclusiones muy pesimistas: las relaciones con el otro son siempre de conflicto, o bien yo intentaré apropiarme de la libertad del otro o bien el otro querrá hacer lo propio con mi libertad. 

 Y pienso….todavía seguimos luchando para que no se ocupen los lugares de estacionamiento reservados para personas con discapacidad o que no estacionen en los lugares donde hay rampas, algo tan básico!

 La más importante experiencia con el otro es lo que Sartre llama la mirada: cuando el otro nos mira captamos en él no a un objeto del que nada podamos temer o que pueda ser utilizado por nosotros sin consecuencias, captamos que tras su mirada se encuentra una subjetividad.

 Hay un protagonista del mirar, un ser del que se pueden esperar cosas (complicidad, solidaridad, placer, comprensión, enfrentamiento, obstáculos para nuestros fines...). La mirada del otro nos hace conscientes de nosotros mismos pues el otro nos objetiva. La mirada tiene dos dimensiones: el otro me puede mirar, pero yo le puedo mirar. Surge así la dialéctica de las libertades, la lucha y el conflicto. Ante la presencia del otro caben dos actitudes: o bien nos afirmamos como sujetos y en esa afirmación nos apropiamos de la libertad del otro y cosificamos su ser, o bien intentamos captar al otro en su libertad, en su ser sujeto, pero a costa de perder nuestra libertad y convertirnos en meros objetos. 

 Entonces en una mera divagación me pregunto: si elijo mirar al otro desde el sujeto de derecho que le corresponde esto implica que expongo mis libertades? Porque darle al otro su lugar prioritario en la cola del supermercado o del banco me hace perder un turno, porque darle el asiento en el colectivo o en el tren me obliga a estar parado mas cuadras, porque permitir una rampa en el frente del edificio tal vez implique gastos, etc etc.

 Este será el pensamiento que nos domina y por eso no miro, no oigo? 

En esta cultura de placer, en el cual el lema de una famosa marca es “solo hazlo” (just do it), y que acá traducido sería: “hacelo si te hace feliz”, evidentemente no me hace feliz dejarle el lugar a otro y esperar, perder el tiempo en buscar un lugar cuando hay un sitio desocupado tan cerca aunque tenga el cartelito de reservado.
Porque ya demanda bastante de mi tiempo mostrarme mejor, más lindo, más feliz, y eso implica que no tengo tiempo de solidarizarme, de utilizarlo en otras cosas que no impliquen mi propia felicidad, es mejor pensar que ese otro que pasa a mi lado es solo una cosa intrascendente y elijo brindar esa mirada.
 Cosificar.
Porque elegir un valor implica defenderlo, elegir un valor implica reconocerlo. 
Toda elección me compromete.
 Entender y conocer el derecho del otro me compromete. 
Tal vez por eso teniendo ojos no miro, teniendo oídos no oigo.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Vamos!!!!

Foto: Y si caen, aprendan de aquello, les servirá cuando estén llegando al ÉXITO.
¡VAMOS QUE SE PUEDE!
¿Qué creen ustedes?

Porque ellos nos enseñan a levantarnos cada dia!

Imagenes de miradas cedidas por Mariana Farina - Profesora de teatro


Gracias Mariana!!!


jueves, 22 de agosto de 2013

Y que de la sonrisa?


Qué cosa hay más placentera que mirar a alguien y que nos devuelva una sonrisa?
El recibir una sonrisa por respuesta implica aceptación, amabilidad, vínculo. He leído en algún lado  que la sonrisa es  el elemento de comunicación más fuerte que existe. Una comunicación sin palabras.
No lo dudo, pues ese solo gesto ablanda cualquier tipo de relación. Hay tantas anécdotas de la sonrisa brindada a tiempo!.
Los estudiosos de la evolución del bebé dicen que hacia la sexta semana de vida el bebé comienza a sonreír, este sencillo gesto no solo lo pone en comunicación con el mundo exterior sino que provoca en los padres y en quienes lo rodean sentimientos de alegría, entusiasmo y ternura.  A estas primeras sonrisas, los adultos responden con otras más grandes y con ello el bebe se siente apreciado , aceptado y querido.

Sin embargo, en el  autismo, los niños suelen tener aplanamiento afectivo, es decir que no expresan emociones desde muy bebé, incluso no muestran atención cuando se les estimula (no siguen con la mirada al evaluador) y muestran marcada indiferencia al mundo externo.
Entonces, acá también se produce, esta falta de reciprocidad (sonrisa –respuesta), tan natural de la evolución del niño, y tal vez aquí nomás es donde las madres (y digo madres porque somos las mas observadoras en estos casos) empezamos a reflejar en nuestra mirada las sospechas o dudas por la falta de devolución de nuestros juegos y caricias. Tan de allí parte el desconcierto que generalmente los pediatras eluden tomar en cuenta.

La sonrisa como respuesta al cruce de miradas nos provoca calidez y ahora hasta se investigan los efectos terapéuticos de sonreír aunque sea forzadamente.
El caso es que aunque sea un ejercicio forzado, el beneficio de sonreír  se da igualmente en la persona, pues resulta una conducta incompatible con la tristeza, generando un impulso eléctrico en el cerebro y una liberación de endorfinas, aspectos vinculados con las emociones positivas y la alegría

Estoy de acuerdo con esto y es una de las respuestas que más se aprecia, aún cuando ud.,o yo nos crucemos con alguien que nos inspira compasión o tristeza.
 Ensayemos mirar con una sonrisa. Tal vez nos asombremos….yo lo he hecho hasta con los empleados del estado cuando tenía que hacer un trámite engorroso y me ha dado muy buenos resultados ¡!!!.

Emulando a un viejo conductor de televisión: “hay que sonreir mas!!”

jueves, 25 de julio de 2013

Esta es una mirada especial.

Marcos en una tarde cualquiera, mirando por la ventana.

Me inspira su paz

martes, 23 de julio de 2013


No te miro - no te reconozco.

Tuve oportunidad de ver  una película, “Comunidad de Locos”  (recomendable) y me llamó la atención el comentario de uno  de los médicos psiquiatras que hablaban de la transformación de la Salud Mental, desde nuevas prácticas profesionales, relatando las deplorables condiciones de ciertos lugares que encontraban, comenta: ”cuando nosotros llegamos los baños no tenían  espejos, entonces como vas a saber quien sos , si no podés verte?, además si has estado internado diez años, perdiste la noción de tu propia imagen”. Wilbur R. Grimson médico Psiquiatra, ex director del Htal. Esteves.
Mas allá de lo trágico que resulta pensar en el desconocimiento sobre las personas, como tales, es el hecho de despersonalizarlos. Al dejar de mirarse, de reconocerse, pierden la capacidad de apreciarse, de mantener una posibilidad de estima.
Cuando negamos el acceder a la imagen propia (como en el caso descripto) le negamos a la persona, precisamente eso, sentirse persona, ver su evolución, su día a día, reconocerse como parte de una familia, de un grupo social.
Negar  la mirada es también negar la existencia, cuando ignoro al otro, cuando eludo mirarlo, cuando “no lo registro”, también le estoy diciendo: “no estás, no existís”.
Y no es cierto que muchas veces la mirada social que se enseña hacia el “diferente” es: “no lo mires!”?. He visto esta actitud muchas veces de los padres hacia sus hijos pequeños, que miran atentamente para entender a ese ser que no encaja en su experiencia pequeña de vida. 
Hace poco, alguien me contaba que, donde habitualmente tomaba el colectivo había una persona con discapacidad mental que buscaba con la mirada a la gente que estaba en la parada para empezar a hablarle, y, cuando encontraba la mirada, establecía un diálogo insistente y efusivo sobre el tiempo o algo relativo a lo que estaba ocurriendo en el momento. El diálogo era coherente pero generalmente la persona que era interpelada se sentía incómoda por la efusividad o el alto volumen de las frases.
La persona del relato aclaraba: “aprendí a no mirarlo para que no se me acercara, en realidad  porque no sabía cómo actuar si me hablaba”. La mirada negada, hacía que este personaje la salteara.
Y ese alguien me agregaba: ”con el tiempo ya no me buscaba porque se dió cuenta que yo no quería diálogo”.
En este caso, la búsqueda de la mirada habilitaba para establecer un diálogo, pero creo que también era interpretada como un “me doy cuenta que existís, te registro“, y por eso el poquito tiempo que entendía concedido, era aprovechado nerviosamente para no dejarlo escapar.
La mirada aprueba o desaprueba, concede o limita, ayuda o  niega. La mirada nos involucra. Mi mirada me precede, y aunque el tiempo me ha enseñado, (por los apuros, por la educación necesaria, aún no sé porque) que puedo quedar mirando a alguien mientras me habla y todo el resto de mi ser irse a otro lado (esto lo confieso). Estoy aprendiendo, y me obligo, a estar entera a disposición de mi semejante.

También la reflexión se extiende en el  pensar en los lugares públicos, donde hemos aprendido a no mirar, a desconfiar del que mira, cuánta despersonalización no?.

Tanta gente junta que no se ve. Tanto estar presente y ausente a la vez…..


jueves, 4 de julio de 2013

Hay mucha diferencia entre “Hacer lo posible” y “Hacerlo posible” pon pasión en cada cosa que hagas . El mundo necesita gente que ame lo que hace.

Volvemos a la mirada primaria:

 En una observación sencilla Winnicott dirá: “cuando el niño se encuentra ante el pecho materno, y está sostenido por su madre, en ese vínculo afectivo estrecho, es muy posible que no lo mire mientras lo succiona y se alimenta. Por el contrario, el rasgo más característico lo constituye el hecho de que el niño dirija su mirada hacia el rostro materno”. Es sobre este rasgo absolutamente comprobable, que Winnicott avanzará planteándose una pregunta aguda y simple a la vez: “Pero ¿qué ve ese bebé recién advenido al mundo cuando mira el rostro materno?” Responderá: “Lo que ve el niño en esta etapa al mirar al rostro materno es ‘a sí mismo’ ”. Es decir, la madre es su espejo. “La madre refleja lo que él es, y le devuelve lo que él da”. Con el complejísimo agregado de que, en esos tiempos primarios, el niño no la reconoce aún como otro, sino como formando un todo con él. El rostro materno entonces impondrá de forma contundente su marca en la existencia del ser humano. Reflejar al niño con su rostro será pues, en estos momentos de dependencia absoluta, sin duda, una de las funciones capitales de la madre. En este punto Winnicott nos advertirá del riesgo que representa para el desarrollo del niño, toparse con un rostro inmóvil, como el que podría presentar una madre depresiva, reconcentrada en su propia tristeza, “un rostro así, no es un espejo, o lo será de manera extremadamente perturbadora para el niño. El pequeño ser en gestación, mira un rostro inmóvil y no se verá a sí mismo, debiendo instaurar prematuramente una serie de procesos defensivos que podrán devenir posteriormente en severas patologías”. Según Winnicott, en el proceso normal, en cambio, el rostro materno que devuelve al niño su reflejo podrá hacerle sentir algo que podría ser enunciado aproximadamente de la siguiente forma: “Cuando miro, se me ve, entonces existo”. 
 Entonces, la mirada es la experiencia en la cual el otro se hace presente, es una experiencia fundamental de comunicación. Cuando sentimos que alguien nos mira sentimos que estamos ante otra subjetividad , otra conciencia, ante un ser con el que podemos contar que nos valora, que se nos reconoce también como personas existentes. 

 Y ahora desde una mirada mas abarcativa: 

Esa presencia del otro es necesaria para nuestra propia autoconciencia. Somos conscientes de nosotros en la medida que el otro nos valora, nos estima, nos odia, quiere, detesta…. La presencia del otro, su mirada nos hace ser más conscientes de nosotros mismos.

 Desde donde sostiene una persona con discapacidad la mirada del otro? 
Y que herramientas le otorgamos para sostener esa mirada? 
Desde el orgullo? Este soy yo mirame!
 Desde la vergüenza? No me mires, no cumplo con los requisitos?
 Desde la ignorancia? No entiendo esa mirada 
A su vez, que como sostenemos ayudamos a la familia para entender, asimilar, utilizar este proceso de mirada y subjetividad? 

El otro, decía Freud, es siempre, amigo, enemigo o modelo (identificatorio). Las reflexividades de lo imaginario, me comunican los ideales del otro. Sarte, sostiene que el infierno son los otros. El infierno para él, es la mirada del otro, que le da sentido a nuestros actos, los desaprueba, los censura, los condena, los aplaude o simplemente los ignora. Por eso también hoy me pregunto cuando, en el presente, la mirada social es tan otra, cuando nos imponen, nos abruman, nos convencen de mirar como aceptable y bueno aquello que según los parámetros sociales es “lindo”, “está en la tele”, “tiene plata”.
Como se construye el proceso intersubjetivo de intercambio entre un sujeto, con una disminución , física, cognitiva o sensorial, digamos no “aceptable socialmente” y este entorno social tan desfasado de la realidad en la cual vivimos?. 
En este proceso la mirada del otro, juega un papel yo diría determinante de la imagen de la cual el sujeto se apropia. 
Comprendo que no podemos cambiar las miradas de la sociedad, en un todo, pero si podemos seguir bregando y sembrando para que una sociedad pueda ser mas inclusiva en forma tal que los parámetros de “lo bello” no pase solamente por lo estético, por lo mediático, por lo material. 
Desde mi lugarcito lo intento. Empiezo por mirar fijamente con un “amor exigente”. A que llamo de esa manera? Al mirar a la persona como alguien que siempre puede algo más y del cual siempre aprendo algo más. Sin lástima, sin menosprecio (entendiendo como menosprecio el darle menor valor). Tratando de ver la persona completa y mostrándome como persona completa también.

miércoles, 26 de junio de 2013

“Acérquense al borde”
“No podemos tenemos miedo”
“Acérquense al borde”
“No podemos nos caeremos”
“Acérquense al borde”
“Y se acercaron”
“Y los empujó”
“Y volaron”
Guillaume Apollunaire
Poeta y filósofo Francés
1880-1918

El psicoanalista francés Jacques Lacan elaboró teorías sobre la mirada del otro –para él, un tema independiente del género-, y determinó que nos acompaña siempre: es inherente al ser humano. Cuando nacemos, esa mirada está constituida principalmente por la madre y, en menor medida, el padre. Es gracias a ella que construimos nuestra subjetividad. A medida que crecemos, esa mirada se va extendiendo a quienes compartan las siguientes etapas de la vida: los amigos, los pares, la pareja, los hijos, los nietos... Y a pesar de que no es imposible, resulta muy difícil aislarse completamente de ella.
Enfoco hoy otro tipo de mirada sobre la discapacidad, la que yo llamaría “angelito venido del cielo”.
Cuántas veces he escuchado este tipo de definiciones: -“Dios los ha elegido para depositar este tesoro en su familia”. “Debes ser una madre muy especial para que hayas sido escogida”.
Y declaraciones del tipo; “Desde que llegó a nuestra vida, empezamos a vivir en otra dimensión”, “Entendemos que Dios/el Universo/el Destino/  ha puesto en nosotros una misión especial”. “Él/Ella ha traído luz a nuestras vidas”
(Sin desmerecer el hecho que nuestra vida cambia y SI!, empezamos a ver la vida de otra forma). Siempre digo que entrar en la discapacidad es como tomar la pastilla de “la matrix”, empezamos a ver cosas que el mundo a nuestro alrededor no ve.
Pero volvamos al tema:
“Ellos no tienen maldad”, “son puro amor”, “ángeles enviados del cielo”.
Muchas veces estas definiciones puestas sobre (o por)  la familia definen la mirada que la familia tendrá sobre este “hij@.
Mirada condicionada por el entorno, mirada desde un lugar que me coloco y lo coloco al otro.
Ahora cuando bajamos al plano material, a la tierra donde vivimos, empiezan algunas contradicciones.
Porque como ponerle límites a un angel? Cómo educar una bendición? De que forma decirle a la terapeuta que “un ángel” me agota?
Y ese “ángel” comienza a tener actitudes que no nos cierran, sobre todo cuando vamos a casa de amigos y empieza a ser ingobernable, cuando comenzamos a dejar de ir a un restaurant porque es imposible sentarlo a comer, cuando los gritos y saltos que a nosotros nos parecen tan simpáticos y liberadores, a “la gente que no entiende”  le parecen simplemente un capricho.
Y qué decir cuando “el angelito” crece y comienza a tener actitudes difíciles de definir para una ángel, no es que los ángeles eran asexuados?
Y de golpe, esa escuela/ instituto/centro donde nuestro hijo/a concurría con tanta alegría, comienza a decirnos cosas que nos nos gustan y empiezan a ser nuestros “oponentes”, con sus sonrisas, con sus lindos modos le quieren cortar las alas al “angelito”, o nos dicen que tiene novia/o,- horror! - “novia mi bebé”?!! -donde se ha visto? -Eso pasa porque en ese lugar no tienen control! Mejor nos vamos, nuestro hijo ha cumplido su ciclo.
Podría seguir con este relato porque se prolonga en el tiempo, pero simplemente me gustaría decir que lo importante es ACEPTAR.
Aceptar a cada persona con sus defectos y virtudes, y ser sinceros, a veces estoy cansada, a veces me molesto, a veces no tengo fuerzas, no soy la mejor mamá, mi hijo/a no es el mejor hijo/a con discapacidad, somos simplemente nosotros, el resultado de distintas familias, de distintas formas de ser, haciendo lo mejor que podemos para ayudar, para contener, para acompañar, para elaborar opciones. Que a veces salen bien, a veces más o menos, pero de todo se aprende.
Que estamos en una sociedad que le cuesta ver, aceptar  y que tenemos un  trabajo múltiple que no pasa por atropellar, sino por luchar por lo mejor, entender a los otros, y presentarnos lo mejor que podemos para ejercer nuestros derechos desde la constancia, desde la perseverancia, desde la misma tolerancia.
Porque muchas veces nosotros no aceptamos a otro con sus defectos (y me refiero a aquel que nos mira “distinto! o que nos mira mal y no puede comprender que el entorno nos facilita o entorpece el accionar).
Si no toleramos a aquel que solo mira su ombligo y nada le importa, como podernos lograr que este cambio empiece no solo desde legislar y establecer leyes, sino también desde el uno a uno? Desde los vecinos y familiares, educadores,  que puedan comprender que pueden incluirme con solo extender un poquito la mano.Esto implica también aceptar opiniones y escuchar.
 Los hombres que intentan hacer algo y fallan son infinitamente mejores que aquellos que no intentan nada y tienen éxito.

Lloyd Jones

martes, 25 de junio de 2013

Pensemos en miradas....

Cuando Marcos nació sentí que aprendí una nueva mirada, la de la incertidumbre, la de la determinación, la de búsqueda permanente.

Hace 35 años la palabra discapacidad era muuuy mala palabra, como recuerdos tenia el haber visto de muy pequeña en una prima lejana de mi papá , una niña permanente en tamaño gigante que tenia un inmenso dormitorio solo para ella  lleno de muñecas que yo envidiaba pero no me atrevía a tocar por el tamaño de la dueña.
Aprendí a saludarla por educación y  ignorar todo el resto del tiempo que permanecía de visita, ya que ella estaba en una silla permanentemente.
Cuando mi Marcos nació,  como madre muy joven puse todas mi expectativas en lograr “curarlo”. La negación duró bastante.
Creo que esa negación también tiene que ver con la falta de información y conocimiento.
Envuelta en la vorágine de otro hijo anterior aún muy pequeño miraba a Marcos con inquietud e intriga, aún no entendía que le estaba pasando, que “nos” estaba pasando, en esa dupla madre hijo tan influyente y envolvente que comienza a darse.
Hoy pienso en las miradas posteriores, amor y tristeza, deseos y angustia, esperanzas y  soledades, aceptación e intriga  etc etc ,  miradas extrañas para un ser que comienza a formarse desde la mirada del otro.
Cada madre pone acentos distintos en estas miradas que seguramente no son las mismas con las que miramos a nuestros otros hijos.

Y  estos niños comienzan a formarse con una mirada diferente, comienzan a interpretar e interrogar las miradas que se le brindan, en la familia, en el medio social en el que se mueven,  en su entorno.
Luego viene el tiempo donde nuestro hijo comienza su etapa escolar, un mundo diferente, lograr la integración.
Que tema! Tal vez el maternal o jardín sea mas sencillo si la problemática no es demasiado complicada.
Y allí comienza la mirada del otro sobre nuestro hijo, sobre nosotros…miradas de las cuales nos sentimos ............culpables? enojadas?, confundidas?
Me acuerdo la una versión del autismo difundida por  Pichón Riviere, (que luego desestimó)  que  aseguraba que el autismo se daba porque el hijo se había sentido no querido en la panza,
y ahí viene otra vez.... culpabilidad, porque no hice antes?, porque no acudí a …? cuando lo rechacé?
Y en la plaza... en la playa.... Es necesario que esa mamá aparte su hijo del mio? Si el mio no contagia
Porqué la maestra acepta a mi hijo con resignación, como una carga? Porqué,  si se propicia tanto la integración me ponen tantos obstáculos?, porque nadie me asesora?
Tristes? Otro año mas y sé que solo me llaman para decir lo que no alcanzó.
En otros casos la discapacidad es tan grave que los circuitos comienzan de otra forma, mucha atención médica, muchos días en distintos especialistas , mucha incertidumbre, muchas miradas que se entrecruzan entre la familia.  Sobre este hijo, hermano, sobrino, nieto, que nos ha cambiado la vida.
Y así indefinidamente se entrecruzan y se fijan miradas sobre este “yo especial”.
Y entonces me pregunto y pregunto:  Como se conforma "el yo" cuando las miradas que me acompañan no son las sociales “convencionales”, aquellas que debería recibir: esperanza, aliento, apoyo, seguridad, etc
Mirada es desaprobación, tristeza, extrañeza, miedos, silencios donde debería haber risas, confianza, aprobación, nucas donde debería haber facciones.
Desde una perspectiva lacaniana, la identidad es construída por una serie de identificaciones simbólicas e imaginarias. No sólo se trata de identificaciones con el otro (a) con minúscula - el otro semejante-, sino también de identificaciones con el Otro (A) con mayúscula. Es en este juego de identificaciones, que se irá conformando la constitución del yo, la imagen.
Tiene esta persona que se está formando,  la posibilidad de realizar un juego de identificaciones? Compararse con quien?
Se dice que la mirada es tal vez  la forma mas sutil del lenguaje no verbal es como nos vemos evaluados por los otros, por nuestro entorno inmediato, por la sociedad, por el ajeno.

Y entonces nos miramos…en mi trabajo con personas con discapacidad mental observo que muchos de ellos no se miran en el espejo, algunos por características propias de su síndrome (no pueden reconocerse) pero otros, porque nunca les enseñaron a mirarse. Los bañaron, los peinaron , les pusieron la ropa pero nunca los enfrentaron a su propia imagen para evaluarse, para saber si se gustaban o no para reconocerse.

Toda experiencia es fuente de conocimiento y la experiencia de ser mirados, de determinadas formas, implica que vamos experimentado lo que una mirada significa y nos resignifica como individuos.
Sigo preguntando, podemos manejar como miramos?

lunes, 24 de junio de 2013

Según el autor Cornelius Castoridis, lo que estructura las representaciones de lo bello y lo feo, lo bueno y lo malo, lo que esta bien o mal, son las significaciones imaginarias sociales, que mantienen unida a una sociedad permitiendo establecer lazos entre los individuos y la autorepresentación de un “nosotros”. Al mismo tiempo, este imaginario social instituye un tipo de individuo particular, proporcionando modelos identificatorios para la creación de un “sí mismo”, de un “yo”, estableciendo así los roles dentro de la sociedad, designando las finalidades de la acción y estableciendo los tipos de afectos que se anudan al poder del discurso hegemónico. 

Que ocurre cuando el individuo recibe desde el mismo momento que despierta al mundo "miradas" de tristeza, miradas de desalientos, miradas de desilusión?
cuando se percibe en su salida social que las miradas lo eluden, se le ocultan y al buscar las respuestas en aquel que lo transporta solo le es devuelta otra vez la tristeza o en algunos casos la bronca?

Berger y Luckmann, sostienen que la “socialización exitosa” es el establecimiento de un alto grado de simetría entre la realidad objetiva y la subjetiva (junto con la identidad) y que la “socialización deficiente” debe entenderse en razón de la asimetría existente entre la realidad objetiva y la subjetiva. La identidad se halla perfilada por el orden institucional, en el sentido de que representa la realidad objetiva dentro de la cual está ubicada. No obstante, estos autores plantean que  los individuos impedidos de internalizar totalmente la realidad de la comunidad podrán ahora socializarse dentro de la anti-realidad de la "colonia", vale decir que la socialización deficiente dentro de un mundo social puede ir acompañada de una socialización exitosa dentro de otro mundo, el de las minorías.

Es tal vez por la necesidad de "socializar en la minoría" que el universo de las personas sordas es tan otro?
Es tal vez por eso que aunque hablamos de inclusión, sentimos que es menos doloroso para aquellos que pertenecemos a una minoria el "socializar en la minoría"?.

Esta realidad de la "colonia" de la que hablan Berger y Luckman es en la que estamos todos en una u otra medida y actualmente esa realidad se mide por lo estético como nunca antes.
Por eso el éxito de las redes sociales en las cuales mostramos lo que queremos que los demás vean o como nos vean, un imaginario dentro de un imaginario.

Entonces sigo con las preguntas, en que proporción la mirada con la que fuimos formados influye en la formación de nuestro yo, de nuestra personalidad?

Y ahora voy específicamente al tema que mas me compete, al de las personas con discapacidad intelectual . Cuántos de sus miedos,sus "no puedo"  provienen de una mirada temerosa o desaprobadora?

Y cómo perjudica la mirada de lástima, de temor?

Me lo pregunto, te lo pregunto